viernes, 23 de abril de 2010
Y UN ESPECTADOR GRITO “RESPETO”
… ¡Silencio! … ¡cállense!… y entre el griterío sonó esa palabra ¡RESPETO! … ¿Respeto?. Definición: reconocimiento de que algo o alguien tiene valor. La base del sustento de la moral y la ética.
¿Esta definición sólo está destinada a los animales humanos? ¿El homo sapiens es el único que tiene valor? ¿Cómo se mide la moral y la ética cuando hablamos de sufrimiento?...
Tarde de sol, puros, vino, y pan de hogaza. El graderío vitorea entre aplausos y pañuelos inmaculados. Vampiros con sed de sangre, con hambre de agonía… no se trata de cine gore, sino de una snuff movie en directo, el cine en tres dimensiones. Dispuestos todos a disfrutar del espectáculo.
Cierra los ojos, imagina por un momento un circo romano, con su graderío de turbas, aplaudiendo, vociferando, en el centro una persona, clamando piedad, mientras el emperador inclina su pulgar con dirección al infierno… ¡Abre los ojos! ¿Qué ves?... piensa… compara… ¿Por qué? Porque este no es humano. ¿No siente traspasar su piel desgarrada con esa fina punta? Ahora piensa, imagina el dolor en tu espalda, como un arpón te rasga la piel, los músculos y se te introduce dentro como un clavo ardiendo… mientras tu verdugo sigue “jugando” contigo, sigue introduciéndote arpones en tu costado. Notas que te falta el aire, que te ahogas, escupes…¡sangre! Te colocas frente a él y miras alrededor… la turba ha inclinado su dedo al infierno… ¿Por qué? ¿Qué hiciste? Caro es el sacrificio que tienes que pagar por su diversión. ¿Pero, la tortura es legal? ¿El asesinato, es legal?...
Respeto.
Cierro los ojos, no puedo seguir viendo esta locura …¡si no te gusta…no vengas! oigo por mi espalda, me giro, desde su cara empapada de sudor, ¡si no te gusta… no vengas! Pero… si no voy, ¿esto parará?, ¿esta locura cesará?...
No se trata de ir o no ir, se trata de respeto, sí, la palabra respeto utilizada correctamente desde su definición, “la base del sustento de la moral y la ética”. La moral y la ética, quien la tiene, considera impropio de seres civilizados y con sentimientos la tortura, sea de la especie que sea, puesto que todos ellos tienen derecho al respeto, al respeto por su vida... El respeto se consigue con el propio respeto, pues, no se puede respetar la tortura, el terrorismo, el maltrato…
Ir o no ir.
Puede que no te guste cualquier acto, cualquier disciplina, cualquier deporte… cada individuo es libre de decidir lo que le gusta o no le gusta, pero lo que no se puede tolerar, ni respetar, es que para disfrutar de los gustos individuales de cada persona tenga por ello que sacrificarse cualquier animal, humano o no.
¡Cállense ya!, ¡Dejemos la fiesta en paz! … D.E.P. FIESTA NACIONAL.
Güina
jueves, 4 de marzo de 2010
Carta de la Tierra
...cuando la irracionalidad se apodera de nosotros, no podemos hacer otra cosa nada más que pegarnos una 9 mm en la sien y apretar el gatillo...
¿Qué estamos haciendo? El escenario sobre el que pisamos se está derrumbando, está cediendo bajo nuestros pies, nos estamos suicidando lentamente. Y no es más que nuestro propio suicidio, sino la provocación de la muerte ajena, su asesinato masificado.
De acuerdo, el ser humano tiene ganas de ser eutanasidao, pero ¿y las demás especies?.
Compramos un piso nuevo. En un principio se encuentra vacio, pero nos sirve para protegernos, para poder vivir... Tiempo después comenzamos a amueblarlo, tenemos una cama donde dormir, un aseo para poder cuidar nuestra higiene... pero nos parece poco y comenzamos a sobrecargarlo con utensilios innecesarios.
Las paredes comienzan a agrietarse, el techo, al cual no hemos hecho el más mínimo caso comienza a ceder sobre nosotros, los suelos se levantan, las tuberías se rompen... ¿es este el hogar que nos daba protección y en poco tiempo lo hemos desmoronado todo?, ¿Qué les dejaremos a nuestros hijos?...
Lo mismo pasa con la tierra, nuestro hogar, la que nos da la vida... y también puede quitárnosla.
Hoy la tierra se ha enfadado, nuestra madre está enfurecida por el trato que le hemos dado, llora sin cesar provocando innumerables inundaciones, le tiembla el interior atormentado, se hace vieja y se autodestruye.
Enfadada con nosotros tiene el poder de quitarnos la vida, pero no su culpa, sino que somos nosotros los que estamos suicidándonos, nos provocamos la muerte...
Pero el egoísmo del ser humano es inconmensurable y no quiere irse sólo de este planeta, se lleva por delante la vida de otras especies, esas especies las cuales cree que le pertenecen y han sido y son hechas para su gozo y disfrute. Objetos insensibles que son utilizados a nuestro antojo.
Si quieres suicidarte, ¡aprieta el gatillo!, ¡dispara!, no seas cobarde y te quieras llevar todas las vidas que tienes alrededor para no irte sólo de este mundo.
¡Hazme caso!, no seas injusto con tus hijos, nietos, bisnietos... déjales la casa en condiciones, pues tu vida es un alquiler, un alquiler que durará como mucho, que, ¡90 años!, no tienes derecho a destrozar nuestro hogar, porque no es sólo tuyo, sino que habitamos todos en él. Y no molestes a los otros individuos, sean de una raza u otra, de una especie u otra, porque nuestro hogar es enorme, y, si señor, hay un sitio para todos...menos para los suicidas.
Güina
¿Qué estamos haciendo? El escenario sobre el que pisamos se está derrumbando, está cediendo bajo nuestros pies, nos estamos suicidando lentamente. Y no es más que nuestro propio suicidio, sino la provocación de la muerte ajena, su asesinato masificado.
De acuerdo, el ser humano tiene ganas de ser eutanasidao, pero ¿y las demás especies?.
Compramos un piso nuevo. En un principio se encuentra vacio, pero nos sirve para protegernos, para poder vivir... Tiempo después comenzamos a amueblarlo, tenemos una cama donde dormir, un aseo para poder cuidar nuestra higiene... pero nos parece poco y comenzamos a sobrecargarlo con utensilios innecesarios.
Las paredes comienzan a agrietarse, el techo, al cual no hemos hecho el más mínimo caso comienza a ceder sobre nosotros, los suelos se levantan, las tuberías se rompen... ¿es este el hogar que nos daba protección y en poco tiempo lo hemos desmoronado todo?, ¿Qué les dejaremos a nuestros hijos?...
Lo mismo pasa con la tierra, nuestro hogar, la que nos da la vida... y también puede quitárnosla.
Hoy la tierra se ha enfadado, nuestra madre está enfurecida por el trato que le hemos dado, llora sin cesar provocando innumerables inundaciones, le tiembla el interior atormentado, se hace vieja y se autodestruye.
Enfadada con nosotros tiene el poder de quitarnos la vida, pero no su culpa, sino que somos nosotros los que estamos suicidándonos, nos provocamos la muerte...
Pero el egoísmo del ser humano es inconmensurable y no quiere irse sólo de este planeta, se lleva por delante la vida de otras especies, esas especies las cuales cree que le pertenecen y han sido y son hechas para su gozo y disfrute. Objetos insensibles que son utilizados a nuestro antojo.
Si quieres suicidarte, ¡aprieta el gatillo!, ¡dispara!, no seas cobarde y te quieras llevar todas las vidas que tienes alrededor para no irte sólo de este mundo.
¡Hazme caso!, no seas injusto con tus hijos, nietos, bisnietos... déjales la casa en condiciones, pues tu vida es un alquiler, un alquiler que durará como mucho, que, ¡90 años!, no tienes derecho a destrozar nuestro hogar, porque no es sólo tuyo, sino que habitamos todos en él. Y no molestes a los otros individuos, sean de una raza u otra, de una especie u otra, porque nuestro hogar es enorme, y, si señor, hay un sitio para todos...menos para los suicidas.
Güina
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